¿Por qué decidiste ser traductor?
No podría precisar qué me llevó hacia el traductorado. Quizás simplemente el hecho de que disfrutaba estudiar inglés y que cuando era chico por las noches me perdía hojeando algunos diccionarios. Empecé a prepararme para el examen de ingreso y por suerte todo salió bien. Una vez en la carrera, a medida que avanzaba en los estudios, fui descubriendo un mundo nuevo que me resultó cada vez más atrapante. Y debo decir que, una vez recibido, esa pasión siguió creciendo. Fue, creo, una decisión no muy consciente que hoy agradezco.
Empecé a jugar con anotaciones en un cuaderno (algún argumento, alguna frase original, una pequeña descripción de cierto personaje, algún dibujo acompañado de una leyenda); también a distorsionar traducciones. Al tiempo volví a las anotaciones y sentí que tenían algo de interesante, que podían llegar a convertirse en algo más serio, entonces les dediqué más tiempo: reordené ideas, las adorné, las fui puliendo, les añadí matices. Había días que volvía a las anotaciones y sentía que debían permanecer para siempre guardadas en un cajón. En esos momentos trataba de no resignarme. Me consolaba diciendo: “tiene que ser mi estado de ánimo: no debería haber releído las historias ese día”. Entonces insistía y recobraba la sensación de que había algo de dignidad en esas palabras y que debía esforzarme un poco más, buscar una manera de contar, un estilo, cierto ritmo en la prosa, etc. Un día las historias empiezan a perseguirte, sin tregua, pidiendo que no las abandones. Y asoman a cada rato, en alguna mirada, en algún sonido, en algún hecho de la realidad. Son las historias después las que quieren volar en busca de lectores.
Hacía rato que venía pensando en publicar un libro de cuentos, pero me costó mucho dar el primer paso. Atreverme. Encontrar una manera de contar. Sabía que Los trenes del tiempo era para mí no tanto un sueño en sí mismo, sino el inicio de un sueño. Necesitaba dar ese paso. Después, todo fue mágico: Graciela Tomassini, Ana María Shua y Louis Jolicoeur aceptaron leer el manuscrito, iban a escribir unas palabras sobre mi libro. Es inexplicable la emoción que se siente cuando las personas que admirás están en la contratapa del libro que imaginaste.
¿Te inspiraste en hechos, personas o sitios reales para escribir alguno de los cuentos de Los trenes del tiempo?
Muchas de las ficciones nacieron a partir de pequeñas anécdotas, de algún hecho de la realidad, de alguna historia que escuché en mi infancia, pero todo esto es sólo el origen, la semilla. Todo lo demás es producto de la imaginación. Hay de por medio todo un proceso nada sencillo de explicar. A veces la misma historia se va sugiriendo a partir de lo que ya escribiste. En otras todo se da como en un sueño. Pero tendré que pensar en algún otro argumento más convincente para explicitar el proceso, porque hay gente de mi pueblo que defendería a capa y espada que tal o cual personaje es fulano.
No sos el único traductor que escribe. ¿Por qué pensás que es tan común encontrar traductores-escritores?
La escritura y la traducción van de la mano. Escribir supone traducir, plasmar en papel eso que imaginaste. Y traducir implica escribir una lectura. Siento que la traducción (al menos me pasa ahora) es una actividad mucho más compleja y exigente. Creo que era Borges que decía que la traducción corresponde a un estadio más avanzado de civilización que aquel de la escritura. Leí alguna vez que toda la literatura es producto de la traducción. Esto puede responder también la pregunta.
¿Cuáles son tus escritores preferidos?
No podría mencionarlos a todos. Enumero algunos. El orden (no) implica jerarquía. Borges, Cortázar, Arlt, Saer, Girondo, Juarroz, Imbert, Saramago, Cheever, Woolf, Huxley, Maugham, Orwell, Hemingway y muchísimos otros. Son los primeros que se me vinieron a la mente, pero creo que si me hacés la pregunta dentro de un año algunos no estarían en esta lista y entrarían otros. Prefiero, eso sí, el cuento y la poesía por sobre los otros géneros.
¿Qué traductores admirás?
Qué bueno que me preguntes esto. Diría que admiro ya de por sí el trabajo de todo traductor que emprenda seriamente la traducción de una obra literaria, cualquiera sea el género. No se valora la dimensión de la labor. Cuando Daniel Gigena del diario La Nación le preguntó a Fondebrider, a fines del año pasado, qué pasaba con la ley de los derechos de los traductores y el fomento a la traducción, Fondebrider le respondió: “a veces es más importante que se dedique un día de discusión parlamentaria a la promoción de la fiesta del melón y la sandía que a la defensa y la visibilidad de un trabajo que es muy complejo”. Digo que es buena la pregunta porque es una manera de darnos visibilidad. Deberíamos empezar a hablar de los traductores como hablamos de los autores.
Respondo sobre traductores de textos literarios. Es indispensable sentarse a leer las traducciones de Borges. De ahí, pasar a las de Bianco, también analizar las de Perednik, Octavio Paz, Neruda, Mujica Lainez, Cortázar, Rabassa, Cisarik, di Giovanni, Ingberg. Pero no sólo sus traducciones, sino leer sobre la manera en qué conciben y concebían la labor. Me gustaría tener más tiempo para leer con más detalle los trabajos de muchos otros traductores como Escobar Isaza, Rosenberg, Pérez Bonalde, Camerotto, etc.
También te desempeñás como docente de traducción. ¿Cuáles son los errores que encontrás más a menudo en las traducciones de tus alumnos?
Errores de todo tipo, de los graves y de los otros, pero también aciertos y traducciones que te dejan pasmado por lo buenas que son, traducciones de una calidad admirable, por las estrategias, por decisiones que ni remotamente se me habrían pasado por la cabeza. Hay en Rosario muchos alumnos/colegas que se desempeñarían muy bien en el campo de la traducción literaria. Es una pena que este hecho no se vea reflejado en la cantidad de publicaciones. Uno de mis sueños, además de incentivar (que lo hago a diario) a los alumnos a que se animen a los textos literarios, sería fomentar las traducciones colectivas.
Pero me preguntás por errores así que vuelvo. Problemas de interpretación, algunos muy graves. Recuerdo ahora un texto en inglés que describe el momento en el que Carlos Primero de Inglaterra sube al patíbulo; algunos alumnos tradujeron scaffold mediante la palabra andamio, es decir tradujeron por el diccionario. La traducción pareciera haberse convertido en una parodia del original. También se ven problemas expresivos que surgen de la interferencia del otro idioma, por ejemplo, preposiciones que se cuelan del inglés. Cambios que afectan el énfasis, el ritmo de la narración. Otros alumnos tienden a complejizar lo simple o a simplificar lo complejo. Por supuesto, que aparecen también errores ortográficos y de puntuación. Muchas traducciones literales que dan como resultado expresiones ambiguas y a la vez graciosas: Saving the wind riders of the Andes en un texto que hablaba sobre la protección del cóndor andino terminó por convertirse en Salvar a los jinetes del viento de los Andes, causa por supuesto que es válida, pero sin dudas llamativa. Errores por los que todos en algún momento debemos haber pasado en nuestra etapa de formación.
¿Qué características debe tener un examen de traducción para que lo consideres bueno?
Un examen debe ser original, creativo; debe desestabilizar, incomodar, hacer reflexionar, lograr que el alumno produzca y produzca algo que trascienda, algo de lo que el mismo alumno se sorprenda. Estoy tratando de generar todo el tiempo consignas novedosas, todas tienen que constituir un desafío. Copio cuatro o cinco de las preguntas que suelo hacer en mis exámenes de traducción literaria para que se entienda mi manera de entender una evaluación.
-En el trabajo sobre
Nathaniel Hawthorne que forma parte de Otras inquisiciones, Borges nos cuenta que en el cuaderno de
apuntes del autor estadounidense se encontraron diversos argumentos que nunca
se cristalizaron como obras literarias, entre ellos:
a. Un hombre, en la vigilia, piensa
bien de otro y confía en él, plenamente, pero lo inquietan sueños en que ese
amigo obra como enemigo mortal. Se revela, al fin, que el carácter soñado era
el verdadero. Los sueños tenían razón.
b. Un hombre de fuerte voluntad ordena
a otro, moralmente sujeto a él, que ejecute un acto. El que ordena muere y el
otro, hasta el fin de sus días, sigue ejecutando aquel acto.
c. Un hombre rico deja en su
testamento su casa a una pareja pobre. Ésta se muda ahí; encuentra un sirviente
sombrío que el testamento les prohíbe expulsar. Éste los atormenta; se
descubre, al fin, que es el hombre que les ha legado la casa.
d. Dos personas esperan en la calle un
acontecimiento y la aparición de los principales actores. El acontecimiento ya
está ocurriendo y ellos son los actores.
Escoja uno de los
argumentos y escriba un microrrelato en español; luego, tradúzcalo al inglés.
Explique en no más de dos carillas si cree que ha sido fiel (y en qué aspectos)
al texto original que usted mismo escribió.
-La
editorial Arcade Publishing le ha encargado seleccionar a los profesionales que
traducirán al inglés una serie de textos del mexicano Octavio Paz. Corrija la
prueba de traducción del postulante, decida si lo incorporaría o no al equipo
de trabajo y explicite en un breve escrito las razones que respaldan su
decisión.
-Recorte
del cuento “The Bottle Imp” de Robert Louis Stevenson un fragmento de
aproximadamente 500 palabras. Describa de
manera original, en no más de dos páginas, el contexto social, cultural e
histórico del relato, el estilo del autor y todo aquello que considere relevante para realizar una traducción
adecuada. Traduzca el fragmento.
-Ediciones
La Lechuza ha realizado un concurso en el que otorgará un premio a la mejor
adaptación del cuento “How the Whale Got His Throat” de Rudyard Kipling. El
trabajo será publicado en una compilación de relatos destinados a niños de
escuela primaria.
Los
concursantes deben explicitar en un correo electrónico todas las estrategias
empleadas para lograr que el cuento original se haya transformado en una buena
adaptación.
Puede
leer el cuento completo en:
-Seleccione
diez párrafos consecutivos del cuento “Where are you going? Where
have you been?” escrito por Joyce Carol Oates. Tradúzcalos.
Patricia
Willson, en su trabajo La constelación del sur, habla de tres posturas bien diferenciadas
en torno a la traducción: el abordaje romántico de Ocampo, el vanguardista de
Borges y el clásico de Bianco. ¿En cuál (o cuáles) de estas posturas
encuadraría la traducción propuesta? Ofrezca fundamentos claros.
¿Qué consejos le darías a un estudiante de traductorado para que mejore sus traducciones?
Que lea, que haga traducciones y que las compare con las publicadas, que invierta los roles, me refiero a que tome una traducción publicada y la vuelva a llevar al inglés y luego compare el original con esa traducción que realizó a partir de un texto que ya era una traducción. Que lea las traducciones de los grandes escritores/traductores con ojo crítico, lápiz y papel en mano. Que experimente con sus propias traducciones, cambiando, agregando y quitando elementos, comparando las imágenes que sugieren las distintas versiones. Que no traduzca por el diccionario. Que se especialice en alguna disciplina.
¿Qué te parece la formación actual de los traductores? ¿Harías algún cambio en el plan de estudio?
Me parece muy buena la formación, aunque por supuesto siempre hay cosas por mejorar; de todos modos, considero que deberían responder la primera pregunta los alumnos, la respuesta de los estudiantes es la que mejor reflejaría la situación actual. Respondo la segunda. La realidad laboral cambió muchísimo en estos últimos años. Claro que se necesitan cambios. Hace tiempo que se está luchando para lograrlos. En las clases me esmero por tratar de brindarles un panorama bien amplio, de no limitarme a las teorías tradicionales, de aproximarlos en las prácticas al mundo laboral. Pienso que incorporar materias con mayor grado de especificidad hacia el final del cursado sería fundamental. Incluir la posibilidad de especialización sería un gran paso. Y por supuesto mayor trabajo con las nuevas tecnologías.
Está instalada la idea de que uno debe entregar el currículum y sentarse a esperar. Creo que deberían intentar generar el trabajo con propuestas originales. Ofrecer un servicio novedoso, distinto. Explotar campos inexplorados. Tener paciencia. Hacerse respetar. Armar equipos de trabajo. Seguir formándose para ofrecer un servicio de calidad. Acercarse al colegio en busca de asesoramiento.
Soledad, muchísimas gracias por la entrevista. Gracias por el trabajo que estás haciendo en este blog. Cariños
ResponderBorrarWow te escribió el autor, me siento una intrusa aquí 😃! Que genialidad de entrevista Soledad, es excelente tanto en que motivó al autor a escribir su libro a su carrera como traductor. Es muy interesante lo que hacen ambos y me gusta que haga posible que sus alumnos sean creativos y estudien bien el contexto, la historia de lo que van a traducir.Me alegra un montón que le guste Woolf 😊. Realmente los admiro con el inglés, yo lamentablemente no agarro el idioma, me gusta pero como que me es más fácil traducir canciones o cuentos y ahora que leí la entrevista, esta muy bueno eso de pasar un texto ya traducido de nuevo al inglés y ver las diferencias. Una entrevista muy interesante,gracias por compartirla.
ResponderBorrarMuy buena e interesante entrevista!
ResponderBorrar