miércoles, 8 de septiembre de 2021

Crónica de mi inserción laboral como traductora independiente


Como el 30 de septiembre es el Día de la Traducción, decidí preparar contenido especial sobre mi profesión y publicarlo durante todo este mes en mis redes sociales. Comienzo con la crónica de mi inserción laboral, luego podrán leer entrevistas a colegas y, por último, lanzaré un curso a distancia de Wordfast Anywhere. En Instagram, voy a subir videos en los que les hablaré sobre mi experiencia como estudiante de traducción, hace unos años, y como traductora, en la actualidad.

Comenzar a trabajar no es fácil. No importa qué carrera hayamos estudiado. Salimos de la facultad y no sabemos para qué lado correr. Surgen un montón de interrogantes. ¿Cómo redacto el currículum? ¿Qué pongo en la carta de presentación? ¿Cómo consigo clientes? ¿En qué campos de la traducción me especializo? Por eso, hoy quiero compartir con ustedes mi historia personal que puede servirles a estudiantes avanzados de traductorado o traductores recién graduados.

Antes de terminar de cursar la carrera


Comencé a preocuparme por mi inserción laboral mucho antes de recibirme. Mientras cursaba la carrera, me la pasaba leyendo blogs y sitios web sobre traducción. Además, asistía a jornadas organizadas por el Colegio de Traductores de Rosario. De esta forma, conocí a las agencias de traducción que había en mi ciudad, descubrí que los traductores usaban varios programas para agilizar su trabajo (en la facultad solo nos hablaban de Trados) y que había una gran variedad de campos de especialización (cuando una es estudiante siempre sueña con dedicarse a la traducción literaria, pero la realidad es otra).


Para empezar a ganar experiencia y poder incluirla en mi currículum, mientras cursaba materias del último años, decidí empezar a trabajar como traductora voluntaria para alguna ONG. Busqué en Internet y me encontré con Global Voices. Para este sitio web, traduje artículos, noticias y entrevistas en 2012 y 2013. Escribí un artículo sobre mi experiencia que pueden leer aquí. Luego, comencé a colaborar con Coursera. En este caso, traduje videos de los cursos de este sitio web educativo. Las traducciones se realizaban en la plataforma Transifex y me dieron un certificado en el que constaba que formaba parte de su comunidad de traductores.




Después de terminar de cursar la carrera


Terminé de cursar la carrera a fines de 2013 y solo me faltaba rendir los exámenes finales de dos materias para recibirme: Fonología Inglesa II y Lingüística. Como las dos materias son correlativas, primero tuve que dedicarme a estudiar Fonología II. Tuve que tomar clases particulares con una profesora y, después de dos intentos fallidos, en noviembre de 2014, logré aprobar esta materia. Luego comenzó la odisea de encontrar tiempo para poder estudiar los contenidos de la última materia. En febrero de 2015 empecé a trabajar para una agencia y, como el volumen de traducciones que recibía era bastante grande, recién pude presentarme a rendir Lingüística en marzo de 2016, momento en que, por fin, pude recibirme de traductora. Ahora bien, retrocedamos en el tiempo a abril de 2014 porque ese mes comenzó de manera oficial mi búsqueda laboral.

Cómo empecé a trabajar para una agencia


Desde que mandé el primer currículum hasta que empecé a trabajar con regularidad para una agencia argentina pasaron nueve meses. Conozco gente a la que este proceso le llevó unas pocas semanas, mientras que a otras personas les llevó años. Esto puede variar mucho.

Lo primero que hice en abril de 2014 fue tramitar el monotributo, inscribirme en Ingresos Brutos (esto varía en cada provincia y también depende de si estamos o no recibidos y matriculados) y abrí una cuenta bancaria ya que todas las agencias solicitan que los traductores independientes tengan el monotributo al día y pagan a través de transferencia bancaria.

Para armar el currículum, tuve como referencia el ebook You need a CV that works! A revisited guide to CVs in the translation industry de la traductora Marta Stelmaszak. Armé dos: uno en inglés y otro en español. Con respecto al idioma del currículum, hay agencias argentinas a las que el idioma en que está escrito les resulta indistinto, pero otras prefieren un idioma en específico. La regla que yo seguí fue fijarme en el idioma en que estaba escrito el aviso de búsqueda de traductores o el sitio web de la empresa. Si el aviso o el sitio web estaban en español, mandaba el currículum en español, mientras que si estaban en inglés, lo mandaba en inglés. Por cierto, siempre mandé los currículums en pdf ya que ese formato se considera más profesional que el Word. También redacté una carta de presentación que siempre incluía en los correos electrónicos a las agencias. Está muy mal visto mandar el currículum de forma directa, sin escribir nada. Como mínimo, te tenés que presentar y mostrar tu interés en la empresa. También podés resumir tus estudios, experiencia y habilidades e indicar cuáles son tus objetivos y qué le podés aportar a la empresa.

Otra cosa importante que hice fue armar una lista de agencias de traducción argentinas con sus sitios web, correos electrónicos a los que debía enviar mi currículum y algún detalle importante (por ejemplo, algunas agencias piden que se incluya cierta frase en el asunto o que, en vez de mandar un mail con el currículum, se complete un formulario). Además, en Excel, preparé un cuadro de seguimiento en el que anotaba cuándo mandaba los mails y el currículum a cada agencia, así como también las contestaciones que recibía.

Algunas agencias me respondieron rápido, otras agencias demoraron meses e, incluso, años, y también hubo casos de agencias que jamás respondieron. Hice varias pruebas de traducción con diferentes resultados. Algunas las aprobé, pero no llegué a un acuerdo con las agencias por las tarifas. Con una agencia me pasó que aprobé, pero cuando me mandaron el primer trabajo, desistí de trabajar con ellos porque era muy complicado el trabajo comparado con lo que pagaban. Había que traducir al inglés audios de personas latinas que vivían en EE. UU. y yo no entendía la variedad de español que hablaban ya que las conversaciones estaban llenas de regionalismos, coloquialismos y mucho spanglish. También hubo pruebas que no sé si las aprobé porque nunca me contactaron para darme los resultados, y hubo agencias que me avisaron que había aprobado, pero jamás me enviaron un trabajo. Lo más insólito que me pasó fue una agencia que "perdió" mi prueba porque estaban en proceso de mudanza de oficina. Me pidieron disculpas y me propusieron que el primer trabajo que me enviaran fuera a prueba, pero jamás me enviaron algo.

Los meses fueron pasando y recién en enero de 2015 pasé una prueba con una agencia que al mes siguiente comenzó a mandarme trabajo con frecuencia. Asimismo, hubo agencias que se contactaron conmigo dos o tres años luego de enviarles mi currículum. Muchas empresas tal vez no necesiten un/a traductor/a en el momento, pero suelen guardar los currículums para más adelante, así que no se sientan mal si demoran en responderles. Espero que esta crónica les haya servido. Si son traductores/as, cuéntenme cómo consiguieron sus primeros clientes y, si están en la búsqueda, me gustaría leer sus experiencias.

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